Se trata de una fiesta de escarnio, «mascarada» o «caretada», característica del período invernal de origen pagano, pero cristianizada por la Iglesia Católica mediante la vinculación a un determinado santo, en este caso, San Sebastián. Se celebra en su honor el 20 de enero.
El personaje principal es un mozo con un armazón que simula una vaca, seguido por los “motilones” o “judíos” que portan pesados cencerros a sus espaldas.